El pragmatismo de Occidente ¿o su miseria?

domingo, octubre 09, 2005

Diálogo acerca de las cosas, los valores, la cultura y la civilización

(por Carlos A. Trevisi)

-Pocos hay hoy día que planteen la existencia de las cosas
Será porque a la gente común no se le ocurren cosas tan abstrusas como las que se le ocurrieron a Hume (1). Yo, por mi parte, tengo la convicción más profunda de que las cosas existen fuera de mí; que no soy yo el que les otorga existencia, y que, a lo sumo, puedo responder a su llamado desvelándolas. Tanto más cerca estaré de su significado cuanto más íntimamente las aprehenda, cuanto más íntimamente las penetre. A la gente no se le ocurre pensar que las cosas no existen sólo porque no perciben su existencia.
-¿Significa esto que su existencia está más allá de la percepción que tengo de ellas?
Poco más o menos. Las cosas existen en sí mismas, las percibamos o no (2).
-¿Cómo descubrimos esa existencia?
Cuando nos golpea. El verso se escribe cuando él quiere, pero me necesita para hacerse “verso”; lo mismo sucede con la verdad, con la belleza, con la vida. Hay que penetrarlas virilmente, abrasarse en su interior. No alcanza con la mera percepción para descubrirlas. Mario Botta, refiriéndose a su profesión de arquitecto, nos dice estar convencido de que no es el arquitecto quien elige sus temas sino, por el contrario, son los temas quienes eligen al arquitecto. Tampoco es Borges ajeno a esta idea cuando nos dice que no es el escultor el que sale en busca de un tema , sino que bruscamente “ve”. Lo mismo aseveran el poeta José Hierro, y Ribout, respecto de ... [...] (Ampliar artículo en Diálogo acerca de las cosas)