El pragmatismo de Occidente ¿o su miseria?

domingo, enero 29, 2006

La educación ciudadana, el PP y la institucionalización de los conflictos

(Por Carlos A. Trevisi)
Los países arrastran consigo una historia de la que no pueden librarse fácilmente. Esa historia puede disimularse en los pliegos de la desmemoria o permanecer permanentemente activa.
Inglaterra es un modelo de país en cuanto ha procesado su historia, la ha digerido y aceptado. Apoyándose en esa memoria activa ha demostrado a lo largo del tiempo un comportamiento ciudadano ejemplar. El fundamento operativo de esa conciencia ciudadana ha sido la educación. En ese marco lo actitudinal siempre ha tenido preeminencia. Es así como la currícula inglesa adopta formas de enseñanza en la que al alumno es el verdadero sujeto del proceso. El despertar de los niños al aprendizaje contempla, por ejemplo, que los chicos, reunidos en asamblea, dramaticen situaciones en las que se ponen en juego las relaciones que deben sostener los ciudadanos entre sí.
Hemos reiterado en varias ocasiones la necesidad de que nuestra educación debe orientarse hacia lo actitudinal para acceder al conocimiento. La tan vilipendiada LOE contiene este principio. Si despertamos en los chicos una voluntad de conocimiento, serán ellos mismos los que busquen la información necesaria para satisfacer esos espacios vacíos que se encuentran a cada paso en cualquier proceso de aprendizaje.
No importa saber cuánto mide el río “El Tajo” hasta que nos enfrentamos con la necesidad de saberlo. Cualquier estudio que nos lo imponga fuera de contexto caerá en el olvido.

El tema viene a cuento porque en España, donde carecemos de una pedagogía que ponga en acto este tipo de actividades y conocimientos, estamos asistiendo a una masacre de la conciencia ciudadana por parte del Partido Popular que, aprovechando el aletargamiento del pueblo español en materia política, escandaliza en torno de eventuales catástrofes que los hechos demuestran y demostrarán que no pasan de simples diferencias en busca de un acuerdo. Al igual que el “sistema” que, con la globalización, institucionaliza los conflictos: «establezcamos un conflicto que de lugar a otro conflicto que origine otro conflicto...» el PP no pierde ocasión en originarlos.

Voy a apelar a un cita que nos enviara Héctor Penna desde Buenos Aires, con motivo de los comentarios que sobre política deslizamos en “El Socialdemócrata”, que ratifica enteramente esto de la “creación de conflictos” y su institucionalización.

Galileo(G) profesor de la Universidad de Padua dialoga con el secretario(S) de dicha universidad
S: Vengo a tratar su solicitud de que se le suba el sueldo a 1000 escudos. Por desgracia no puedo apoyar su pedido en la universidad. Usted sabe que los cursos de matemáticas no tienen alumnos en la universidad. Por decirlo así, las matemáticas son un arte poco lucrativa...
G: Mi querido secretario, no puedo arreglármelas con 500 escudos.
S: Pero señor Galileo, usted da clase dos veces, dos horas por semana...¿No tiene alumnos particulares?
G: Señor. ¡Tengo demasiados! No hago mas que enseñar y, ¿cuándo voy a aprender yo?... ¿cuando voy a investigar?
S: No dude que la República... garantiza la libertad de investigación.
G: Y de que sirve la libertad de investigación si no hay tiempo para investigar?
(Brecht, B (1995) Vida de Galileo, Madrid, Alianza :19-21[Circa 1635])
Galileo
...he repasado mi caso y he pensado en como lo Juzgará el mundo de la ciencia, al que no pertenezco ya.
[…]
Los movimientos de los cuerpos celestes se han vuelto más previsibles, pero todavía son incalculables para los pueblos los movimientos de sus soberanos... ¿Para quiénes estáis trabajando? Yo sostengo que el único objetivo de la ciencia es aliviar las fatigas de la existencia humana. Si los científicos intimidados por los poderosos egoístas se contentan con acumular ciencia por la ciencia misma, se la mutilará, y vuestras nuevas maquinas significaran solo nuevos sufrimientos. Quizá descubrirán con el tiempo todo lo que haya que descubrir, pero vuestro progreso será solo un alejamiento progresivo de la humanidad. El abismo entre vosotros y ella puede ser un día tan grande que vuestros gritos de jubilo por alguna nueva conquista seran respondidos por un griterío de espanto universal... Tal como están las cosas, lo mas que se puede esperar es una estirpe de enanos inventores, que podrán alquilarse para todo... Durante algunos años fui tan fuerte como la autoridad. Y entregué mi saber a los poderosos para que lo usaran, no lo usaran o abusaran de él, según conviniera mejor a sus fines. He traicionado mi profesión. Un hombre que hace lo que yo he hecho no puede ser tolerado en las filas de la ciencia.

Brecht, B (1995) Vida de Galileo, Madrid, Alianza:119-120