El pragmatismo de Occidente ¿o su miseria?

sábado, enero 21, 2006

Porqué el PSOE tiene que salir a la calle

(Por Carlos A. Trevisi)
Vivimos en una época de crisis que impone repensar todos los conceptos y categorías. Los hechos apuntan a una democracia de la "multitud" que, sin habérselo propuesto aún orgánicamente, tiende a crear una nueva esfera pública atenuadora del Estado y revalorizadora del individuo.

Las “multitudes” –el cacerolazo en Argentina, Settle, en EEUU, y Génova- son, en primer lugar, exteriorizaciones del hartazgo de la gente ante la imposibilidad de alcanzar metas que, tradicionalmente, se lograban en el libre juego de las instituciones del estado, y, en segundo lugar, un gran temor , una angustia penetrante nacida de nuestra relación con un mundo que al común de la humanidad comienza a escapársele de las manos: precariedad económica, trabajo asalariado por debajo de sus niveles de inteligencia, drogas, armamentismo, inseguridad, desempleo…

La ”atenuación del estado”, es el marco de referencia que sostiene nuestra declarada vocación por los “presupuestos participativos”; que sostiene mi idea de que la conducción de la escuela pública debe ser depositada en la gente, y la de la plataforma que acabamos de poner en marcha, como movimiento de multitudes en pos de metas incumplidas. El estado habrá de reservarse el cumplimiento de la administración de los valores elegidos por la comunidad y los políticos de impulsar procedimientos para que las metas puedan alcanzarse.

La democracia tal cual la estamos viviendo en el ámbito de la política es apenas una forma de elegir candidatos; se ha transformado, como decía Borges, en un abuso de la estadística . Es menester revalorizarla, ponerla al servicio de las fuerzas que animan al mundo. Tendríamos que darle nuevas instituciones más allegadas a la gente, más cercanas a las capacidades cognitivas y comunicativas del hombre.

Sostiene Zapatero, en este sentido, que la política es más el “consenso racional entre los ciudadanos” que el proyecto elaborado por un líder o un grupo dirigente. (El País, 26 de diciembre de 2004). Y nos corresponde a nosotros, militantes del PSOE, adherir e impulsar esta “democracia de las multitudes”, pues será la nueva categoría pública donde se revalorizará la propia singularidad en detrimento de un estado que, por su propia naturaleza jurídica, obliga a la obediencia e impulsa a la despersonalización; una obediencia que ya no se corresponde con la realidad del mundo del conocimiento y una despersonalización que choca con la necesidad de cohesión social.

Siendo la cohesión social lo que dinamiza el encuentro entre los hombres, la felicidad en la que tienen derecho a vivir, es menester liberar al hombre para que pueda elegir, cambiar y crecer de modo que su participación lo autorice a poner en acto sus intereses.

(Extraido de Una democracia participativa en "El Socialdemócrata")