El pragmatismo de Occidente ¿o su miseria?

lunes, febrero 06, 2006

Mahoma y la Tercera Guerra Mundial

(Por Máximo, grafodrama del domingo 5 de febrero de 2006 en "El País")
Como era de esperarse Europa, en un afán por mantener la "LIBERTAD DE EXPRESIÓN"* ya se ha olvidado de cuestionar la publicación de la caricatura de Mahoma y la novedad es que los islamitas son unos animales que no entienden de libertades, ni de democracia, ni "na de na". Todo el mundo adhiere y, desde un "Qué barbaridad, están asolando el mundo civilizado", hasta "va a haber que detenerlos de algún modo", la calle ha puesto en acto la sordidez de un mundo que habría que pararlo para analizar a fondo todo lo que le pasa.
En el caso de la publicación de la caricatura de Mahoma, nadie ha insistido demasiado en que se trata de un diario de ultra-derecha. Y vendría muy a cuento destacarlo a cada momento. Si algo caracteriza a las derechas es el desenfado con el que actúan: mienten, perturban, agitan, escandalizan... aunque, claro siempre en nombre de la libertad, de la democracia y de no sé cuántas cosas más en cuya creación e impulso jamás mostraron interés ni prestaron apoyo. Pero, en fin, volviendo a Máximo, nos dice:
Érase una vez un rey de Persia que decidió tirar una bomba atómica sobre Copenhague debido a lo mal que le sentó una caricatura danesa sobre Mahoma.
La Reina de Dinamarca y madre de Hamlet, Doña Libertad de Expresión, rogó a su colega Isabel de Inglaterra que tirase otro artefacto nuclear sobre Teherán, cosa que la soberana hizo entusiasmada al grito de “Sangre, sudor y lágrimas” y apoyada por Bushit de USA, que se solidarizó con los reyes y reinas de la cristiandad tirando otra bomba sobre Bagdad y una más, aunque más pequeña, sobre La Habana…
Y así es como estalló la Tercera Guerra Mundial, con la participación patriótica de 54 países y el sacrifico heroico de 300 millones de muertos, o más.
Por lo demás, el filósofo Huntington escribió un libro posprofético titulado “Ya lo decía yo”
* LIBERTAD DE EXPRESIÓN PARA LOS MEDIOS, porque ya se ha legislado que las empresas de comunicaciones tiene que guardar por un tiempo mínimo de un año mails y registros de llamadas que escribimos o hacemos, respectivamente, "LOS INFELICES DE A PIE"